
El Año Nuevo de 2008, Themo Lobos lo pasó en el hospital. Días antes y luego de una caminata, el dibujante tuvo un ataque de asfixia que lo dejó internado un mes en el Hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar. "Todos estábamos deprimidos. Imagínate el alma de la familia internado en plenas fiestas. Luego nos enteramos de que 'el inocente' pasó el 1 de enero con las enfermeras y los médicos en el helipuerto del hospital viendo los fuegos artificiales", cuenta Ada, la hija mayor del ilustrador. Themo la mira y se ríe de buena gana, recordando la travesura.
Tras cuatro años, el dibujante, ícono de la historieta chilena de los años 60 y 70, está más recuperado. Aunque le quedan secuelas. Sufre una insuficiencia pulmonar que lo tiene aferrado a un inhalador y no puede viajar a Santiago. El no se aproblema. Disfruta de los aires del litoral central, en Concón, donde hace más de dos décadas fijó su residencia junto a Juanita, su esposa por 60 años, sus perros Facundo, Lola y su gata Negrita.
Pasa los días leyendo o viendo televisión. "Veo las noticias y un programa de concursos español, muy bueno", dice. Hace unos meses también volvió a tomar los pinceles. La razón para tal esfuerzo, a sus 83 años, es el regreso a librerías de su personaje más famoso: Mampato, el niño colorín que viaja por el tiempo junto al cavernícola Ogú, creado por Eduardo Armstrong en 1968 para la revista Mampato y del que Lobos se volvió su padre adoptivo.
Ahora mismo está coloreando las viñetas de Ogú y Mampato en el Far West, aventura donde el héroe infantil viaja al Lejano Oeste, y que no se ha vuelto a editar desde 1974. "Prácticamente es inédita. La estoy acuarelando a mano y es harto trabajo, 96 páginas que se van a editar en dos tomos", cuenta entusiasmado Themo sobre la publicación, que se lanzará a fines de octubre en la Feria del Libro.
La editorial Random House adquirió los derechos de los 22 títulos ya conocidos de Mampato, además de ocho aventuras inéditas. La primera ya está en librerías: Ogú y Mampato en el Tibet, que tiene la novedad de ser en formato de novela ilustrada. "Es la primera vez que hacemos algo así y quedó muy bien. Esta historia quedó inconclusa en la revista Pimpín, pero ahora mi hija Ada me ayudó a terminarla y usamos los dibujos que tenía guardados", explica el ilustrador, mientras otro trabajo lo espera en la mesa: ahora debe colorear el segundo cómic en carpeta, aún sin fecha de salida: Mampato y los piratas, editado sólo en 1965.
Lo último de Mampato
En estos 60 años de dibujos y con más de 30 personajes a cuestas, entre ellos, Alaraco, Máximo Chambonez, Rena y Cucufato, Themo Lobos nunca ha perdido su fama. A principios de la década, el sello Dolmen también editó sus historias, fue homenajeado en 2003 con una muestra en Noruega y en 2001 fue la figura central de Chile en la Feria del Libro de Guadalajara.
Ese mismo año, la productora Cine Animadores lanzó la película Ogú y Mampato en Rapanui, que resultó ser también el primer largometraje animado del país. Fue todo un éxito, aunque para Themo Lobos tuvo un sabor amargo. "La animación me gustó, pero falsearon hechos históricos que no me gustaron nada, quedó muy ilógico. Luego no me pagaron el 10% de mis derechos de autor, se portaron mal. Casi firmo una cláusula donde les cedía todos mis personajes. Menos mal que me di cuenta de la estafa. Fue una tontería de estos cabros, mataron a la gallina de los huevos de oro", cuenta. Y por ahora se niega a otras adaptaciones de Mampato. "Tengo ofertas para obras de teatro y hasta ópera. Me dicen que si quiero hacer a Mampato, pero 10 años mayor, y me niego rotundamente. Mis personajes no deben crecer, sería algo ridículo", agrega.
Themo prefiere seguir en el mercado editorial. Todos los días se sienta frente al mismo escritorio que tiene hace 30 años. Pinta y se divierte con sus historias, como cuando era joven. En la mesa hay una foto de los años 60 con todo el equipo de Mampato. Fue su época más feliz. "Hacíamos buena dupla con Armstrong, él dirigía como nadie la revista y yo hacía los monitos. Sufrí cuando murió, en 1974, tan joven. También cuando murió Lukas y ahora que se fue Máximo Carvajal. Todos se mueren y quedo yo solito", dice Themo Lobos.
La clave de su éxito radica, sin duda, en su rigurosidad al contar historias. Antes de partir una historieta, Themo estudia horas para no dejar cabo suelto. "Hay que documentarse bien para que los muchachos aprendan. Lo otro es contar bien el chiste. Picar la curiosidad del lector, poner dificultades, suspenso, drama y una solución inesperada", explica.
Todos esos ingredientes tienen las cuatro historietas desconocidas, que incluyen Los balleneros, de 1975, donde Themo recrea en detalle un puerto de 1850, y El huevo, de 1978, en el que Mampato viaja hasta la prehistoria en busca de un Trodon. "Al principio, Mampato era muy distinto, una mezcla entre Astérix y Daniel el travieso. Parecía una enano y tenía patas enormes. De a poco le fui dando forma. En El huevo ya era como yo quería, un niño ingenuo, pero inteligente, de unos 14 años", dice. "Esto va a ser lo último que haga de Mampato. Ya cumplí mi ciclo y como le queda poca cuerda a la cañuela, es hora de que descanse. La otra vez saqué la cuenta y llevó como 10 mil páginas dibujadas. ¡Ya es suficiente!", dice, mientras toma de nuevo el pincel.
Fuente: latercera.com
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