Hace unos días, la embajada de Estados Unidos junto a altos mandos del Ejército de Chile inauguraron un centro de entrenamiento para “personal encargado de ejecutar operaciones de mantención de la paz o de estabilidad civil en zonas urbanas”, instalado en el Fuerte Aguayo de Concón.
Este recinto militar fue estrenado durante el Peacekeeping Operations – Americas (PKO-Americas), ejercicio anual de las fuerzas de paz de la ONU que reunió a delegaciones de 12 países del hemisferio, donde intercambian tácticas y estrategias para mantener la paz interna en la región.
El centro de entrenamiento, que imita una zona urbana con 8 modelos de edificios, fue construido con un aporte de cerca de 500 mil dólares proporcionados por el Comando Sur de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, según precisó la embajada norteamericana.
La ya instalada polémica por esta “base” de la ONU en Chile, escaló en las redes sociales al conocerse que en estos ejercicios también participaron las Fuerzas Especiales de Carabineros, quienes mezclaron su conocida indumentaria, con un uniforme militar, según muestran las fotografías publicadas en el sitio de difusión de informaciones del Comando Central del Ejército de EEUU.
Asimismo, en algunas imágenes de video aparecen efectivos de la Policía de Investigaciones participando de la instrucción.
También encendió los ánimos la apariencia de los civiles que se enfrentan los uniformados: jóvenes con buzos, jeans, poleras y la tradicional “pañoleta palestina” con que algunos incluso, aparecen encapuchados, recordando los enfrentamientos entre carabineros y manifestantes durante las movilizaciones estudiantiles.
Esta colaboración entre Estados Unidos y Chile se manifestó también en marzo, durante el Consejo Militar 2012 del Ejército, donde participó Stephen Johnson, director del Área de Latinoamérica del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos de EEUU.
En esa oportunidad, el Comandante en Jefe del Ejército, Juan Miguel Fuente-Alba señaló la necesidad de un análisis “relacionado con los eventuales roles que podrían asumir las Fuerzas Armadas y el Ejército en particular, dados los complejos y actuales escenarios que se generan en el ámbito de la seguridad, al momento de preservar los valores, intereses y bienes que la propia sociedad busca cautelar”.
En ese sentido, agregó que “podrían surgir nuevas responsabilidades que deberían estar claramente identificadas, comprendidas e implementadas por el Ejército”. Ello, haciendo alusión a responsabilidades relacionadas con situaciones de catástrofe “o frente a las llamadas nuevas amenazas”, según publicó elsitio del Ejército.
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