lunes, 19 de diciembre de 2011

Conoce cómo el Colegio Villa Aconcagua de Concón ha trabajado arduamente por una educación integral.-


Pedro Tello asumió como jefe de UTP del Colegio Villa Aconcagua de Concón y al año siguiente fue nombrado director. Desde entonces, se ha esforzado en apoyar el trabajo de la escuela de lenguaje, que funciona dentro del establecimiento.
La educación es lo suyo. No sólo es egresado de derecho de la Universidad del Mar; también es profesor de Historia y Geografía y licenciado en historia de la Universidad Católica de Valparaíso; y cuenta con un diplomado de gestión del capital humano de la Universidad Adolfo Ibañez. Un currículum que habla de esfuerzo y tenacidad, dos características que le han servido para ejercer con éxito como director de varios establecimientos educacionales de la quinta región.

Al Colegio Villa Aconcagua de Concón llegó recién hace siete años, en calidad de jefe técnico y a cargo también de la subdirección. Al año siguiente asumió la dirección del colegio, tarea en la que lleva seis años. “Cuando llegué acá como jefe técnico me encontré con muchos desafíos en materia de gestión. La sostenedora, María Eugenia Cordero, quería dar a este establecimiento un sello que consistía principalmente en entregar una educación integral. Es un término que está muy manoseado y que en la práctica muchas veces no se da. Entonces, uno de los primeros desafíos con que me encontré era justamente lograr que esa educación integral se transformara en algo efectivo”.

Agrega: “nuestra sostenedora es educadora y es ella quien impulsó la creación de varias escuelas de lenguaje aquí en Concón. Este colegio partió principalmente de la necesidad de dar expectativas a esos niños, para que pudieran continuar sus estudios escolares”.
El trabajo de la escuela de lenguaje

Actualmente el Colegio Villa Aconcagua tiene una matrícula de casi mil alumnos de enseñanza prebásica, básica y media; y dentro de este colegio está inserta una escuela de lenguaje, que atiende niños que presentan Trastornos Específicos del Lenguaje (TEL) y cuyas edades fluctúan entre los tres y cinco años. Para ello, cuenta con diversos profesionales que brindan su apoyo ante las necesidades que puedan presentar los alumnos, tales como educadoras diferenciales especialistas en trastornos del lenguaje y trastornos del aprendizaje, fonoaudiólogas, psicólogos y una orientadora.

Pedro Tello recuerda que cuando llegó a este colegio como jefe de UTP, ya estaba funcionando la escuela de lenguaje. “Era una realidad nueva para mí, que desconocía hasta ese momento. Creí importante informarme bien, si uno desconoce algo en lo cual va a trabajar es necesario estar bien informado. Por esa razón, junto a los profesionales de la escuela de lenguaje participé en muchas charlas del Ministerio de Educación. Fue una experiencia muy enriquecedora. Me fui dando cuenta del trabajo que se hacía y ahí tomé una decisión: potenciar nuestra escuela de lenguaje y producir una mayor articulación entre esa Escuela y los primeros años de enseñanza básica”. En otras palabras, asumió el rol de liderar y conducir a los integrantes de la comunidad educativa hacia el logro de metas y objetivos que ya estaban declarados en el Proyecto Educativo Institucional (PEI).

Pero, ¿cómo se produce en forma efectiva una articulación de esas características?

En primer lugar, fomentando el trabajo en equipo entre la educadora de la escuela de lenguaje que estuvo a cargo del alumno/a, que conoce su historial, y la profesora que lo recibe en 1º básico. Pedro Tello explica que tiene que haber una interacción entre ellas, un trabajo en equipo real, porque sino las oportunidades que tienen los alumnos son pocas: “Las educadoras de la escuela de lenguaje podrán hacer una muy buena gestión y obtener muchos logros, pero si no hay una articulación con primero y segundo básico, si no hay una labor de seguimiento, se puede perder todo muy rápidamente… En este sentido, cobran especial relevancia las reuniones técnicas, que permiten trabajar en torno a un mismo objetivo”.

Este año se implementó el “proyecto de articulación entre los primeros básicos y los segundos niveles de transición del establecimiento”, incluyendo los niveles de lenguaje y los niveles de educación preescolar regular. Se ha formado una alianza entre estos departamentos, estableciendo metas y estándares de desempeño para los estudiantes, y facilitando la transición del niño/a a la educación regular desarrollando diversas actividades para el logro de este objetivo.

En segundo lugar, los alumnos de segundo nivel de transición (de cinco años a cinco años once meses) que son promovidos a 1º básico y no han sido dados de alta de la escuela de lenguaje, continúan siendo apoyados por el “Proyecto de Integración y Psicopedagogía”. Este proyecto acoge a alumnos egresados de la escuela de lenguaje que persisten con el trastorno de lenguaje; ellos son atendidos en sus dificultades por especialistas en trastornos de lenguaje y fonoaudiólogos, en horarios alternos a su jornada regular de estudio.
Apoyo integral a los alumnos

Un curso promedio en el Colegio Villa Aconcagua tiene entre 30 y 40 alumnos, mientras que un curso en la escuela de lenguaje inserta en ese mismo colegio atiende sólo a 15 alumnos. Por lo tanto, el cambio que experimentan los niños que han estado en la escuela de lenguaje al pasar a 1º básico es bastante fuerte. Pedro Tello explica que “está bien que enfrenten esta nueva realidad, uno no puede tenerlos en una burbuja, pero esos chicos necesitan un soporte tanto afectivo como académico porque nos hemos dado cuenta, por nuestra experiencia, que si se desmoraliza la familia es un problema, pero si se desmoraliza el niño el problema es aún mayor, puede tomar años lograr que quiera otra vez asistir al colegio y estudiar”.

¿Quiénes se encargan de dar este soporte afectivo y académico a los alumnos que pasan a 1º básico? Pedro Tello explica que, además de los profesionales que trabajan en el “Proyecto de Integración y Psicopedagogía”, cuentan con la ayuda de estudiantes universitarios. “Tenemos un convenio con la UST. Ellos tienen la carrera de educación diferencial y de técnicos en asistentes de la educación, y algunos de sus alumnos realizan aquí su práctica profesional. A nosotros esto nos facilita bastante la tarea, porque internamente el colegio tiene una psicopedagoga, una psicóloga y fonoaudiólogas, pero siempre necesitamos mayor colaboración”.

Por otra parte, la dirección del colegio se ha preocupado de evaluar a principios del año escolar qué alumnos requieren de evaluación diferenciada. Y no solamente de primero o segundo básico. “Nosotros hacemos esta tarea en todo el colegio, incluso en enseñanza media”, afirma Pedro Tello.

Agrega: “a los alumnos con necesidad de una evaluación diferenciada, ya sea que vengan de la escuela de lenguaje o tengan algún déficit atencional, se les hace un seguimiento. La psicopedagoga o las encargadas de la escuela de lenguaje tienen que efectuar esta tarea a través del tiempo”.

Por último, el colegio asumió todos los gastos que implica llevar a los alumnos que lo requieren al neurólogo. Pedro Tello señala que este proyecto, que partió este año, fue una iniciativa de la sostenedora y, asegura, que “la evaluación que hemos hecho nos indica que el esfuerzo ha valido la pena”. Explica que varios alumnos necesitaban ir al neurólogo, pero los apoderados no los llevaban por su precaria situación económica. Entonces, “nosotros buscamos un neurólogo con prestigio, que pudiera atender a los alumnos, y la unidad técnica del colegio inició un trabajo con el neurólogo; antes de que él vea a un alumno/a, el profesor jefe le envía un informe completo, académico y conductual, y después él los entrevista. Ahí ve si requiere o no medicamentos, o algún otro tipo de terapia”. Este plan piloto benefició este año a 16 alumnos y lo van a desarrollar nuevamente en 2012.

Reuniones técnicas

En el Colegio Villa Aconcagua de Concón todos los jueves se realizan reuniones técnicas, en las que participan los niveles de prebásica (tanto regular como la escuela de lenguaje) y primer ciclo básico, lo que permite un trabajo en equipo real entre ambos. Pedro Tello señala: “en las reuniones o consejos técnicos se trabaja por niveles o departamentos, según un objetivo común que se quiere lograr. Esto es distinto a los consejos de profesores, donde se abordan temas de interés más general como estrategias para una buena convivencia escolar, información administrativa, etc”.

Además, el director siempre solicita a los profesionales que trabajan en la escuela de lenguaje (fonoaudiólogas, educadoras diferenciales, psicólogas, etc.) que efectúen charlas a todo el cuerpo docente en relación con las evaluaciones diferenciadas. Pedro Tello explica que “las universidades no preparan a los profesores en relación con este tema, hay mucho desconocimiento y al haber desconocimiento se produce rechazo. Muchos profesores creen que se está mal acostumbrando al alumno/a porque no conocen esta realidad que es distinta y no pueden entender que a lo mejor ese estudiante no necesita una hora para hacer una prueba, sino dos horas”.

Agrega: “cuando llegué a este colegio como jefe de UTP, tampoco conocía esta realidad ni lo necesario que podía llegar a ser una evaluación diferenciada, pero con el tiempo me di cuenta de la importancia que esto tenía”.

El segundo semestre de este año, Pedro Tello impulsó una nueva modalidad de trabajo para apoyar a los alumnos/as: “las tutorías”. Esto consiste en que a determinados profesores se les hace cargo, con un horario adicional, de un grupo de tres o cuatro alumnos: tiene que hacer un seguimiento de cada uno de esos estudiantes a nivel académico y conductual, entrevistar a los apoderados respectivos y derivar al alumno/a al psicólogo o al psicopedagogo si lo estima necesario.


Educación integral: más que un solo desafío

Tello no sólo se ha preocupado de que los alumnos con Trastornos Específicos de Lenguaje (TEL) tengan la posibilidad de continuar con éxito sus estudios escolares. También ha impulsado el área deportiva y los logros obtenidos son muy concretos.

El sábado 12 de noviembre se realizó el campeonato nacional de cheerleaders en el gimnasio polideportivo de Viña del Mar, lugar hasta donde concurrieron representantes de todo el país. Las “Panteras”, 18 alumnas de primero a 4º básico del Colegio Villa Aconcagua de Concón, obtuvieron el primer lugar en la categoría mini por segundo año consecutivo.

La noticia fue ampliamente cubierta por los medios locales, por ejemplo, en “La Voz de Concón” se entrevistó a la profesora Denisse Corrales Venegas, quien ha formado a estas pequeñas alumnas en la disciplina del deporte de barras o cheerleaders.
Por otra parte, Pedro Tello no ha descuidado los resultados académicos. Prueba de lo anterior es que su colegio ha ido subiendo sostenidamente los puntajes en el Simce; de hecho, por ley se debe clasificar a los establecimientos escolares en autónomos o emergentes o en vías de recuperación. “Nosotros este año hemos logrado la autonomía, justamente por nuestros avances en los resultados académicos”, explica el director.

Fuente: educarchile.cl

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