Con 39 años sembrando huellas por Mendoza, es normal que el acento de Daniel Ahumada (59) esté ampliamente dominado por el sonsonete che. Sí, vivió en Concón, pero en 1972, con su esposa y una hija a cuestas, el hombre que cuidaba dos canchitas en la ENAP de Concón cruzó la cordillera buscando una mejor vida.
En ese entonces no imaginó que su destino se tornaría tan importante pa' la historia deportiva de su país: Es canchero del estadio Malvinas Argentinas, donde la Roja jugará dos mochas de Copa América. Claro que no está solo, pues su semillita Deidy también labura en el recinto y es su fan número uno.
"Estoy feliz por mi padre… ¡Lo entrevistan más que a los jugadores!", señaló la chiquilla, quien agregó que "esto es un reconocimiento justo a su labor de años en este país, porque es algo que hace con amor, nunca lo ha visto como una obligación".
Daniel, en tanto, confesó que "todos hablan siempre de los jugadores, de los técnicos, pero ¿quién es el que lleva la pelota? El que cuida la cancha, pero nunca nadie te da premios o regalos. Es mi vida, tengo una relación especial con ella".
-¿Tanto así, máster?
-¡En serio! Me he ido de vacaciones y cuando he vuelto la cancha está hecha mierrr… Le hago un cariñito y se arregla.
-El Bichi no será vegetariano, pero va a querer un pasto lindo...
-El otro día vino gente de la Selección chilena a ver la cancha. Me dijeron que el pasto está mejor que el de Pinto Durán, y eso que allá tienen como 8 cancheros y acá sólo somos cuatro.
-¿Pensó que su pega tendría tal valor sentimental?
-Es difícil imaginar algo así. Te prometo que voy a llorar cuando vea el estadio lleno, todo rojo… Qué lindo. Esta vez seremos locales.
-¿Y trabajar en una canchita como la de la Ruca?
-Me gustaría retirarme en Chile, para hacer como los futbolistas, ja, ja, ja. Pero yo soy de la "U".
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